sábado, 22 de septiembre de 2012

Sin retorno

  Una tarde como otra cualquiera, Miguel iba a visitar a su tio al hospital. Había sufrido un grave accidente de tráfico y estaba ingresado en Cuidados Intensivos y Miguel iba todos los días a verlo ya que cuando sólo tenia 6 años, Miguel, se quedó huerfano y su tío Samuel se quizo hacer cargo de él.



   El tío de Miguel estaba en la habitación 306, siempre había otro familiar con él, algunas veces su tía, otra veces alguno de sus numerosos primos. Ese martes, estaba con él su primo Emilio pero se tenía que marchar porque tenía turno de noche y no podía quedarse con su padre asique le pidió a Miguel que si le podía hacer el favor de quedarse esa noche, le prometió que intentaría salir un poco antes para llegar temprano y que se pudiera ir. A Miguel no le importó en absoluto y estuvo todo el día con su tío en la habitación. Tras irse su primo, fue a por algo para picar y en la cafetería había un enfermo mental que no paraba de gritar: "EL HOSPITAL NO ES SEGURO DE NOCHE, NO SALGAIS DE NOCHE A LOS PASILLO, NO VOLVEREIS" pero Miguel no le prestó demasiada atención, compró varias bebidas y chucherias y volvió a la habitación con su tío.

  Llegó la medianoche y había sido, de momento, un día tranquilo. Siguió el curso del tiempo y tuvo que ir al servicio, por suerte sabía donde estaba ya que tuvo que ir varias veces. Se levantó y fue al servicio, cuando salió se dirigía a la habitación. Estuvo unos 10 minutos andando, se había perdido, pero... ¿perderse? era una líne recta, no podía haberse perdido. Siguió andando y andando, hasta que se dio cuenta de que no habia ninguna puerta a ningun lado. Estaba anonadado, ¿dónde estaba?¿cómo había llegado allí?, de pronto escuchó unos pasos detrás suya. No sabia que hacer, por lo tanto, empezó a correr, correr y correr hasta que chocó con algo. Sólo sabía que era bastante grande, de pronto se encendió una luz y porfin lo vio... parecía una persona con una gran túnica con capucha negra, señaló a Miguel y dijo con una voz tenebrosa: "Ven conmigo, ya es tu hora". Miguel empezó a correr como un loco, no sólo en línea recta, también se metía por desviaciones del camino por el que estaba pero como era lógico llegó  un momento en el que se cayó. Levantó la mirada y no daba crédito a lo que vio... ¡eran sus padres! ¿Qué estaba pasando?¿Estaba soñando?. En ese momento el hombre de la túnica negra le alcanzó y le volvió a decir : "ven conmigo, ya es tu hora". Miguel no se podía mover del suelo y el hombre lo cogió la cabeza y todo se volvió negro.

  El primo de Miguel llegó a las 07:00 a.m. y cual fue su sorpresa de llegar a la habitación y no ver a su primo por ningun lado, preguntó al segurata, pero no había salido nadie en toda la noche. Estaba muy preocupado y fue a la comisaria más cercana. Abrieron una investigación pero pasaron las semanas y los meses y no encontraban nada, ninguna pista, se había esfumado completamente. Emilio no se rindió y siguió buscando por su cuenta, hasta que finalmente lo encontró. Llamó de nuevo a la policía diciendo que había encontrado a su primo. El forense determinó que lo habian descuartizado posiblemente con un arma blanca de gran tamaño.

    




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